lunes, 25 de febrero de 2008

"El Gran Ciclo De Manifestación"

Las 21 letras, según el ciclo del Tetragrámaton, se ubican de una forma determinada, en una serie de triángulos descendentes...


Aleph - א / Beth - ב / Gímel - ג
Daleth - ד / Hei - ה / Vav - ו
Zain - ז / Jeth - ח / Teth - ט
Iud - י / Japh - כ / Lámed - ל
Mem - מ / Nun - נ / Sámej - ס
Ayin - ע / Pei - פ / Tzádek - צ
Koph - ק / Resh - ר / Shin - ש
Tav - ת


…Donde Aleph, Beth y Gímel forman un Triángulo en el que Daleth -en el medio- es el cuarto elemento que forma la punta superior del siguiente Triángulo:
Aleph, Beth, Gímel y Daleth en el centro ; Daleth, Hei, Vav y Zain (centro) ; Zain, Jeth, Teth y Iud (centro) ; Iud, Japh, Lámed y Mem (centro) ; Mem, Nun, Samej y Ayin ; Ayin, Pei, Tzádek y Koph ; Koph, Resh, Shin y Tav. Así, en el proceso completo, el Tetragrámaton produce manifestaciones desde los planos superiores hasta el que nosotros ocupamos.

miércoles, 20 de febrero de 2008

El Segundo Rey De Los Vientos

Este resumen no está disponible. Haz clic en este enlace para ver la entrada.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Grifos: Dos fuerzas Combinadas

El otro tipo de Criaturas que ocupa el segundo lugar, condensa dos mundos y dos corrientes de fuerzas casi insuperables...


Pueden ser Guardianes y Protectores...

O temidos por su ferocidad...
-ociojoven.com - soulverse.blogspot.com-


... O formar parte incluso de un libro sagrado.

viernes, 8 de febrero de 2008

Los Arcanos Mayores

La Cábala, relacionada numéricamente con el Tarot, es muy compleja y difícil de explicar en una entrada de Blog, pero la siguiente es una aproximación bastante exacta, a lo que representan cabalísticamente los Arcanos Mayores.
Todo lo que se se ve aquí, ya está en al menos un libro dedicado al Tarot.


1 - Aleph - א - El Mago - Unidad.
2 - Beth - ב - La Sacerdotisa - Gnosis.
3 - Gímel - ג - La Emperatriz - Creación.
4 - Daleth - ד - El Emperador - Autoridad.
5 - Hei - ה - El Papa - Religión.
6 - Vav - ו - El Enamorado - Decisiones.
7 - Zain - ז - La Carroza - Victoria.
8 - Jeth - ח - Justicia - Campo De Acción.
9 - Teth - ט - El Ermitaño - Luz Oculta.
10 - Iud - י - Rueda De La Fortuna - Procesos.
11 - Japh - כ - Fuerza - Voluntad.
12 - Lámed - ל - El Colgado - Sacrificio.
13 - Mem - מ - La Muerte - Ciclos.
14 - Nun - נ - Templanza - Karma.
15 - Sámej - ס - El Demonio - Liberación.
16 - Ayin - ע - La Torre Derrumbada - Selección.
17 - Pei - פ - La Estrella - Astrología.
18 - Tzádek - צ - La Luna - Ataques Psíquicos.
19 - Koph - ק - El Sol - Inocencia.
20 - Resh - ר - El Juicio - Llamado Del Cielo.
21 - Shin - ש - El Tonto - Apariencias.
22 - Tav - ת - El Mundo - Omnipotencia.

miércoles, 6 de febrero de 2008

"Unicornios De Algún Reino"

Ellos comparten con otras tres Criaturas
el segundo lugar en el Mundo Mitológico




http://www.tcady.com/clipart2%20new%20images/captivite-unicorn.jpg





http://kaycie18.tripod.com/sitebuildercontent/sitebuilderpictures/lady_unicorns345x312.jpg

"Lo Que Le Ocurrió A Chandra"

-Otra vez esos malditos cazadores furtivos... -Gruñó Devi Singh Rathore, Guardián en la Reserva de Ranthambhore, reconociendo las huellas dejadas por ellos la noche anterior.
Enseguida reunió a los demás Guardaparques para elaborar el nuevo plan a seguir.
Aquellos eran los responsables de las heridas en su cabeza y su hombro, tras una persecución durante la cual había bordeado las colinas de Rajastan junto a un compañero, quien resultó muerto en la emboscada por los mismos cazadores.
Pero ahora, a la par de las huellas, él y los suyos terminaron siguiendo un doloroso rastro de sangre cuyas manchas aparecían a intervalos casi regulares. Si se apresuraban, los atraparían antes que pudieran escapar con su desafortunada presa.
Eso que parecía un Via Crucis -como en cada situación similar- los llevaba ahora a duras penas por una maraña arbórea, pero tres metros más adelante pudieron oír voces murmurando como si sus dueños conocieran el peligro inminente.
Rathore hizo unas señas y los Guardias efectuaron un rodeo para cerrarles por el otro lado la posibilidad de escapar; entonces, con otra señal convenida, todos corrieron hacia el centro del círculo, apartando ahora las ramas ruidosamente. Los dos cazadores comenzaron a dar voces y empuñaron sus armas, listos para hacer fuego sobre el primero que vieran, pero aunque dispararon hiriendo a uno de los Guardianes fueron dominados rápidamente.
Devi experimentó un extraño placer vengativo al verlos en la hierba con las manos atadas ; sin embargo debía examinar a la única víctima importante para él en esos momentos.
Allí mismo yacía, enorme y hermosa, una tigresa a quien él creyó reconocer. Los cazadores habían comenzado a sacarle la piel.
El Guardián se inclinó sobre uno de ellos y casi lo sacudió al interrogarlo.
-¿Para quién iba a ser, la piel y lo demás ? ¡Respóndeme! -Le dijo furioso, mientras se contenía de golpearlo por su cargo dentro del Parque. -¿Para quién mataste a esa tigresa?
El cazador, tal como Rathore suponía, permaneció callado. Lo soltó dándose vuelta para dar a entender que ya no quería mirarlo -Ella tenía más de mujer que tú de hombre... -Otro Guardia llamó a las oficinas de la Reserva pidiendo un vehículo y más tarde los llevaron a una habitación donde fueron encerrados.
Allí estarían hasta que hicieran su correspondiente declaración, aunque según opinaba Devi, con una protección tan superior a la de sus tigres como inmerecida.

Para la mayoría de los Guardafaunas, las criaturas que vivían en Ranthambhore constituían familias y rebaños, a los cuales debían vigilar en cuestiones como población y salud.
Para él en cambio, al menos en lo referido a los tigres, cada individuo igualaba en importancia a un príncipe o una princesa europeos; y si en el mercado negro un desdichado felino muerto se pagaba seis millones de dólares, Devi había imaginado cuánto pediría por un ejemplar vivo en caso de vendérselo a uno de esos traficantes: veinte mil millones... Todo suyo, para tomar o rechazar.
Por último, consideraba sus tendencias feroces debidas únicamente a su entorno, argumentando que si hubieran existido en otro ambiente habrían sido tan mansos como corderos.
Pero estaba de acuerdo en que siguieran siendo tal cual eran.

La hija de Rathore, con diecisiete cumplidos cuatro meses atrás, dormía profundamente, pero no pudo evitar despertarse casi a las dos de la mañana al oír unos golpes en su ventana. En realidad -y esto era conocido por todos- tenía oídos tan sensibles como los de un lobo.
Cuando se levantó y pudo mirar a través del vidrio, vio algo muy brillante deslizándose por el jardín hacia el sector protegido de la Reserva.
Lo que producía la luz volvió sobre sus pasos y entonces Chandra alcanzó a distinguir su forma, aunque sabía que nunca la había visto, ni había oído mencionar siquiera ese tipo de Criatura.
Boquiabierta pero sin temor alguno, siguió contemplando la figura de aquel Unicornio mientras él parecía estar pidiéndole que lo siguiera.
En cuanto Chandra entendió esto no dudó en vestirse para salir, aunque algún Guardia pudiera descubrir su repentino impulso. De algún modo intuía que era mejor mantener el secreto, pues en caso contrario no sabía qué les diría con respecto a esa Criatura tan extraña pero hermosa como una deidad, ni cómo había podido verla... ¿Los dioses se manifestaban así ?, ahora no estaba segura.
-¿Eres un Avatar de la Luna? -Le preguntó a la luminosa Criatura que no le respondió, pero se quedó mirando a la joven.
Luego Chandra creyó oír “apresúrate...”, y el Unicornio giró velozmente para desaparecer tras unos arbustos.

La noche siguiente los golpes parecieron más cargados de urgencia, pero esta vez Chandra ya estaba lista para salir tras él.
Cuando se internó en plena selva, luchando contra el sueño y siguiendo al Unicornio, tras caminar cuarenta minutos oyó correr el agua de un río aún muy lejano. Sabía que desde allí tardarían una hora en alcanzar la orilla, pero si él quería llevarla a ese lugar haría el esfuerzo...
En su camino tampoco faltaron tigres saliéndoles al paso, no obstante lo cual Chandra notó enseguida que ellos sólo seguían con la vista al Unicornio; no le prestaban a ella la menor atención y pronto dejó de asustarse al verlos aparecer como surgiendo desde las sombras.
Faltando cinco kilómetros para el río la Criatura torció su rumbo hacia la izquierda. En ese momento la joven pudo percibir -también identificar- el olor del agua, el de unos hongos, el de cada árbol... y en especial el de un gran tigre que había estado siguiéndolos los últimos veinte minutos. Pero a diferencia del resto, tenía la mirada puesta en la hija del Guardafauna, y aun así ella no se sentía asustada.
Todo la llevaba en cambio a un desenlace que en cierto modo esperaba entre expectante y serena, con una pronta vida familiar tranquila y feliz. La joven india frunció el entrecejo ante ese planteo para sí misma, aunque... ¿No se habría enamorado sin duda de ella ese Ser? ... ¿Más tarde no aparecería en algún misterioso jardín interior, viviendo junto a él con esa maravillosa apariencia exterior?
El ser resplandeciente ya estaba parado frente a una cueva de la cual salían unos rugiditos angustiados y agudos. Aunque los había oído mucho antes, al ver en esa oscuridad quiénes emitían ese llamado pudo sentir cómo, además de las nuevas capacidades sensoriales, algo distinto despertaba en su interior.
Recién entonces la invadió un sentimiento de terror, breve pero muy grande. Se dio vuelta; el Unicornio estaba frente a ella.
“Apresúrate...” -Esta vez el pedido fue más claro y apremiante.
Los dos tigrecitos desamparados estaban allí. ¿Necesitaban alimento? ¿Tal vez cuidados? ...Pero le era casi imposible llevarlos por sus propios medios a un lugar donde pudieran ocuparse de ellos.
Estremeciéndose, volvió a mirar al Unicornio y supo lo que él le pedía.
Sentándose en el suelo frío y húmedo de la cueva ( no le molestaba ya ni esto ni los olores salvajes acumulados en su interior ) levantó el borde superior de la prenda que cubría su torso y, aún temblando, tomó a uno de los pequeños con ambas manos.
Sin embargo eso también desapareció al sostener así al tigrecito, como si él le brindara calor, tanto externo como interno.
Cuando los pequeños saciaron su hambre de dos días, cada uno en su momento, la Criatura se aproximó a Chandra y apoyó la punta del cuerno sobre su entrecejo. Entonces la joven no deseó sino quedarse allí, cuidando a los hijos que la naturaleza le había dado.
...Y el Unicornio se desvaneció, pues ahora alguien podía continuar su labor terrenal.

Chandra durmió y despertó junto a los tigrecitos una hora antes del amanecer. En la entrada del cubil vio el rostro del tigre que había estado siguiendo sus pasos; como la vez anterior, no tuvo el menor asomo de miedo.
Separando apenas los labios, él le lanzaba gruñidos cortos y suaves, de incitación y deseos, pero para ella aún era muy pronto. Recordando vagamente la onda del amor que la había invadido a través de sus otros ojos, se alisó el pelo y volvió a amamantar a los bebés de la tigresa muerta; sabía que él podía matarlos si los dejaba solos, por lo cual -antes de aceptar a su formidable pretendiente - defendería a sus pequeños con uñas y colmillos, o con su propia vida.

domingo, 3 de febrero de 2008

Los Dragones, Ayer y Hoy...

Ellos son decididamente los Reyes en el mundo de la Mitología... Están presentes en la memoria universal y siguen, ocultos de nosotros pero con sus misteriosas vidas, a la sombra de nuestros sentidos, siempre en donde no estamos mirando.




"Puedo Hacer Cantar Al Fuego"