lunes, 30 de agosto de 2010

"Un Gran Mito De Venezuela"

Después de hablar aquí sobre Cábala hebrea y lejanas mitologías, pensé que podía traer un mito de mi país, por cierto muy extendido actualmente, de un ícono popular cuya fiesta es el 12 de Octubre.

El Mito de María Lionza (Yara):
Es reverenciada como diosa de la naturaleza y Reina de la magia y la brujeria. Conocida como la santa patrona de los brujos.
En el ámbito espiritual según el sincretismo de la región es el máximo escalón de las cortes espirituales, por lo que se ubica su importancia después de la Santísima Trinidad y la Virgen María Madre de Jesús.
María Lionza viene a encarnar en América un símil de la diosa Venus y Gea, diosa de la paz, el amor, la armonía, siempre relacionada con la magia del agua, el trueno, perfumes, bosques, montañas. Misterio Universal de la feminidad y el amor y otras representaciones de la naturaleza.

Hay más de 25 relatos de leyenda sobre la diosa. Los etnólogos han descubierto que el mito es constantemente descrito en los círculos espiritistas del culto a María Lionza. Sin embargo, es difícil encontrar una versión escrita del mito.
En este trabajo las versiones del mito que se mencionan se tomaron de la lectura que hace Girardi del mito de María Lionza, (s/fc.), que reseña como los más importantes y más aceptados por los devotos:

1
Maria Lionza fue una doncella Nívar, hija encantada de un poderoso cacique de Nirgua. El Chamán de la aldea había predicho que cuando naciera una niña de ojos extraños, ojos color verde agua, había que sacrificarla y ofrendarla al Dueño de Agua, al Gran Anaconda porque de no hacerlo así, vendría la ruina y la extinción de los Nívar. Pero su padre fue incapaz de hacerlo y escondió a la niña en una cueva de la montaña, con 22 guerreros que la vigilaban y custodiaban su salida. Ella tenía prohibido verse en los espejos de agua, pero un día una fuerza misteriosa adormeció a los guardianes y la bella joven salió de la cueva y caminó hasta el lago, descubriendo su propio reflejo en el agua. Ella estaba encantada con su visión. Así despertó al Dueño de Agua, al Gran Anaconda, quien emergió de las profundidades, enamorándose de ella y atrayéndola hacia si. En el lago, Maria Lionza y la poderosa serpiente celebraron una comunión espiritual y mística. Cuando su padre descubrió esta unión, intentó separarlos. Entonces la Anaconda creció, se hizo enorme, y estalló provocando una gran inundación que arrasó con la aldea y su gente. Desde ese día Maria Lionza se volvió la Diosa protectora de las Aguas Dulces, los Bosques y los Animales Silvestres.

2
Según Antolinez (1945), etnógrafo, hace mucho tiempo atrás la gente de Yaracuy (Jirjana), recibió un aviso o premonición de que una niña de ojos verdes iba a nacer. Eso se consideraba un alerta, porque sus ojos podrían ser una señal de malos tiempos por venir y, si veía su reflejo en el lago cercano, una monstruosa culebra podría salir de ella y traer muerte y destrucción. Bajo esta profecía, y justo antes de la conquista española, una niña de ojos verdes nació. Estaba destinada a ser sacrificada a la gran Anaconda, por el aviso recibido. El padre la salvó y la envió a un lugar secreto donde creció. Veintidós guardias la cuidaron en esa nueva casa y se encargaban enérgicamente de prevenir que la niña se acercara al lago. Un día los guardias se durmieron y ella se escapó de ellos. Fue al campo y encontró en su camino un bello lago, y con fascinación, vio su reflejo en el agua. Desde ese momento en adelante, ella tomó la forma de una anaconda y creció tanto que su cuerpo explotó y desbordó las aguas y trajo inundaciones al pueblo.

3
El Cacique, indio de Yaracuy, tenía una niña de ojos verdes deslumbrantes. Era una buena señal para la familia y la comunidad, que tanto necesitaban en los tiempos duros de la conquista española. A medida que crecía se convirtió en un amuleto de salvación para la comunidad. El nombre de la niña era Yara. Tupi, su madre, la llevó a la montaña donde permanecía a salvo bajo el cuidado de un regimiento de guardias. Sin embargo, la situación con los conquistadores españoles empeoró. El encanto de Yara le permitió convertirse en una diplomática para establecer conversaciones con los españoles, y la comunidad puso todas sus expectativas en ella como instrumento de paz. Se reunió con Ponce de León usando el nombre de María del Prado. La conversación fracasó y ella se retiró a la montaña donde desapareció y se mantuvo allá como una diosa.

4
Para 1920 el mito relataba a la diosa como una mujer blanca (Garmendia, 1980). María era hija de una pareja de españoles. Cuando tenía 15 años, desapareció mientras nadaba en un lago. Pero no murió. En cambio, se dice que fue rescatada por una Onza. A partir de entonces la Onza y María eran una unión, y por ello se le llama María de la Onza. Posteriormente el dialecto popular fusionó el nombre en María Lionza. Hay una versión similar a ésta, en donde María Lionza se llama María Concepción de Sorte, hija de unos españoles, quien creció entre animales del bosque, hasta que un día le atrajo una luz extraña y desapareció. Se fue al cielo y se unió a algunos indios que la hicieron reina y cabalga sobre una Onza.

5
Maria Lionza, hija de un español y una india caquetía, en su juventud tuvo 4 desapariciones; la más grave fue a los 14 años que se escapó porque su padre quería casarla en sus 15 años y ella no amaba a su esposo; su padre, al ver que no quería casarse, la encerró. Después de un largo tiempo ya era una hermosa mujer y le gustaba mucho tratar con los esclavos. A su padre no le gustaba eso y la hizo esclava también. El negro Felipe, que era como un padre para ella, la ayudó a escapar en la noche de San Juan y se fue montaña adentro; allí se le apareció un ángel y le dijo: estas tierras llevarán tu nombre, el pueblo te rendirá culto y el que pise estas tierras santas sin fe, será despojado de su cuerpo; y en ese momento quedó encantada cerca de un río.

6
María Lionza era hija de un español con una india (Mestiza) y se crió como una blanca criolla fiel creyente de Dios, Jesucristo y la Virgen Maria. Ella creció hasta cierta edad de la adolescencia. Su padre le arregló un matrimonio con otro español. Maria Lionza decidió escapar de este arreglo. Fue el Negro Felipe quien la ayudó a escapar y la llevó ante el indio Guaicapuro que se encontraba en la montaña. Él le enseñó todo sobre sus raíces indígenas... Cuando los españoles fueron a la montaña Guaicapuro la ayudó a escapar hasta la punta de la montaña. Es allí cuando ella fue encantada y elevada transformándose en la guardiana de la montaña y reina de todas las cortes espiritistas.

María Lionza no es la misma que María de la Onza. María de la Onza era hija de un cacique de Yaracuy; ella era una mujer bien formada a diferencia de María Lionza que era prácticamente una niña. María de la Onza fue violada por siete hombres y desde entonces ella juró vengarse y fue cuando apareció una Onza ante sus ojos, ella se montó sobre la Onza y es de allí que se la ve a ella sobre ese felino; en cambio Maria Lionza sólo tiene imagen junto a las otras dos potencias y se ve con ropas que usaban las Blancas Criollas de esa época.

Maria Lionza, acompañada del Negro Felipe y del Cacique Guaicaipuro conforma las "Tres Potencias". Ellos son la base fundamental de un cielo de deidades y espíritus divididos jerárquicamente en "Cortes".
Yara gobierna sobre nueve Cortes.